martes, 3 de mayo de 2016

IDENTIFICACIÓN DE LA REALIDAD PERSONAL

Lo único que realmente necesita afrontar un ser humano en cualquier etapa de su vida real, contrario a lo que la mente con sus proyecciones imaginarias nos pueda hacer pensar, es este momento presente. Pregúntate a ti mismo, ¿qué problema existe aquí y ahora, en este mismo instante?, no el año próximo, o mañana, ni siquiera en los próximos cinco minutos. ¿Hay algo que no funcione en este instante? Luego de tomar conciencia de nuestra respiración y conectarnos con el presente, podemos sorprendernos al sentirnos extrañados ante las anteriores preguntas, pues naturalmente fluirá un no como respuesta. Siempre se puede afrontar y resolver cualquier situación en el presente, porque el pasado quedó atrás, y el futuro aun no ha llegado. Al reconocer esto, automáticamente reconocemos también, como es natural, que ni siquiera tenemos que pensar en ocuparnos de otro momento que el presente, y comenzamos a vivir conscientemente cada instante de nuestra existencia. A partir de ese momento las respuestas, la fortaleza, las acciones, los recursos, etcétera, estarán allí en el momento justo en que los necesitemos, no antes ni después, pero en el instante preciso en que formen parte de nuestro presente.

RECURSOS NATURALES DEL INDIVIDUO

Todas las personas tienen un importante potencial constituido por las capacidades y habilidades con las que nace y las que desarrolla y las que adquiere a lo largo de su vida. Ese potencial está en relación directa con todo lo que nuestro cerebro nos permite hacer, pero en la misma medida también depende de nosotros mismos, de cada uno de nosotros, nuestra personalidad, experiencias y vivencias. Después también debemos tener en cuenta a las personas que conocimos y con las que nos relacionamos a lo largo de nuestras vidas, las que nos acompañan, las que nos encontramos, las que nos educaron, las que nos amaron y a las que amamos Pasado, presente y futuro, experiencias, sentimientos, relaciones, e incluso la forma en la que sentimos y vivimos cada experiencia forma parte de cómo somos y de lo que hacemos con ese potencial. Pero siempre en primer plano, y pase lo que pase, somos nosotros los que lo poseemos: cada uno de nosotros, todos. Una parte importante de ese potencial se utiliza día a día, se detecta, identifica y aprovecha de forma práctica y cotidiana. Es lo que nos permite aprender, tomar decisiones, actuar y relacionarnos con los demás. Es esa parte de nuestro cerebro que siempre, o casi siempre, está funcionando. Ese aprovechamiento del potencial humano es lo que llamamos recursos naturales del individuo. Todos los tenemos y prácticamente desde el primer instante de nuestro nacimiento iniciamos su aprovechamiento. A veces con un gran esfuerzo y otras veces casi sin darnos cuenta, vamos generando recursos, aprendiendo a hablar y a expresarnos, a ver y comprender el mundo que nos rodea, a encontrar y contactar con otros. Aptitudes y actitudes. Otra parte de ese potencial lo intuimos. Sabemos que está ahí por que constantemente vemos su rastro, ya sea en nosotros mismos o en otras personas. Es lo que habitualmente conocemos como aptitudes. Es decir las tendencias naturales que una persona tiene para realizar determinadas actividades con mayor acierto que los demás. Las aptitudes son, en realidad, una manera intuitiva de aplicar y utilizar ese potencial en una actividad concreta. Cuando el aprovechamiento del potencial coincide con un trabajo o profesión lo bautizamos como vocación. Sin embargo, no todos llegamos a identificar, o darle salida a nuestro potencial en forma de aptitud o vocación, quizá por que no a todos les aflora a la superficie de forma evidente, o quizá por que no todo el mundo tiene los medios suficientes para hacerlo aflorar.

LAS POTENCIALIDADES DEL SER HUMANO Y FACTORES QUE AFECTAN SU DESARROLLO

Al nacer, todo ser humano posee un sinnúmero de capacidades en potencia que yacen latentes esperando ser actualizados durante el crecimiento y desarrollo del individuo y que le son, en conjunto, únicas e irrepetibles. Más aún, tiene la capacidad todavía no realizada, de darse cuenta tanto de la existencia de cada una de estas potencialidades como de la ocurrencia de los procesos a los que éstas dan lugar en sí mismas. El desarrollo de las potencialidades de los seres humanos es crucial para hacer realidad los procesos de transformación ya que el crecimiento abarca diversos campos de posibilidades: físicos, estéticos, morales, afectivos, del carácter, de la psicomotricidad, del intelecto, del trabajo, etcétera, estos derechos son parte integral de un sistema de vínculos que tiende a la autoconservación de la especie y al establecimiento de relaciones más productivas. El fundamento de la formación del ser humano es el respeto a la dignidad de cada uno, por lo que es, sin tomar en consideración lo que tiene o representa. La dignidad del hombre y de la mujer radica en el hecho de que son personas, con un potencial capaz de perfeccionarse hasta límites insospechados.

TEORIAS DE LAS NECESIDADES

La teoría de Maslow plantea que las necesidades inferiores son prioritarias, y por lo tanto, más potente que las necesidades superiores de la jerarquía; “un hombre hambriento no se preocupa por impresionar a sus amigos con su valor y habilidades, sino, más bien, con asegurarse lo suficiente para comer” (DiCaprio, 1989, pag.364).
Solamente cuando la persona logra satisfacer las necesidades inferiores – aunque lo haga de modo relativo- , entran gradualmente en su conocimiento las necesidades superiores, y con eso la motivación para poder satisfacerlas; a medida que la tendencia positiva toma más importancia, se experimenta un grado mayor de salud psicológica y un movimiento hacia la plena humanización.
De tal manera que las necesidades de déficit se encuentren en las partes más bajas, mientras que las necesidades de desarrollo se encuentran en las partes más altas de la jerarquía; de este modo, en el orden dado por la potencia y por su prioridad, encontramos las necesidades de déficit, las cuales serían las necesidades fisiológicas, las necesidades de seguridad , las necesidades de amor y pertenencia, las necesidades de estima; y las necesidades de desarrollo, cuáles serían las necesidades de autoactualización (self-actualization) y las necesidades de trascendencia.

PERSONALIDAD Y RAICES DEL COMPORTAMIENTO

La  personalidad  es  una  variable  individual  que  constituye  a  cada  persona  y  la  diferencia  de  cualquier  otra,  determina  los  modelos de comportamiento, incluye las interacciones de los estados de ánimo  del individuo, sus actitudes, motivos y métodos, de manera que cada persona  responde de forma distinta ante las mismas situaciones.
La  personalidad  representa  las  propiedades  estructurales  y  dinámicas  de  un  individuo  o  individuos,  tal  como  éstas  se  reflejan  en  sus  respuestas  características o peculiares a las diferentes situaciones planteadas. Se pueden  extraer una serie de ideas
      

 

lunes, 2 de mayo de 2016

TEORIA DEL DESARROLLO HUMANO

¿QUE ES EL DESARROLLO HUMANO?
El Desarrollo Humano es un paradigma de desarrollo que va mucho más allá del aumento o la disminución de los ingresos de un país. Comprende la creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses. Las personas son la verdadera riqueza de las naciones. Por lo tanto, el desarrollo implica ampliar las oportunidades para que cada persona pueda vivir una vida que valore. El desarrollo es entonces mucho más que el crecimiento económico, que constituye sólo un medio —si bien muy importante— para que cada persona tenga más oportunidades.
Para que existan más oportunidades lo fundamental es desarrollar las capacidades humanas: la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida. Las capacidades más esenciales para el desarrollo humano son disfrutar de una vida larga y saludable, haber sido educado, acceder a los recursos necesarios para lograr un nivel de vida digno y poder participar en la vida de la comunidad. Sin estas capacidades, se limita considerablemente la variedad de opciones disponibles y muchas oportunidades en la vida permanecen inaccesibles.
Aunque este modo de concebir el desarrollo es con frecuencia olvidado en el afán inmediato por acumular bienes y riquezas financieras, no se trata de algo nuevo. Los filósofos, economistas y líderes políticos destacan desde hace tiempo que el objetivo, la finalidad, del desarrollo es el bienestar humano. Como dijo Aristóteles en la Grecia Antigua: “La riqueza no es, desde luego, el bien que buscamos, pues no es más que un instrumento para conseguir algún otro fin”.
La búsqueda de ese otro fin es el punto de encuentro entre el desarrollo humano y los derechos humanos. El objetivo es la libertad del ser humano. Una libertad que es fundamental para desarrollar las capacidades y ejercer los derechos. Las personas deben ser libres para hacer uso de sus alternativas y participar en la toma de decisiones que afectan sus vidas. El desarrollo humano y los derechos humanos se reafirman mutuamente y ayudan a garantizar el bienestar y la dignidad de todas las personas, forjar el respeto propio y el respeto por los demás.